¿Qué pasa si ayudas a alguien que ha cometido un delito?

Imagina que alguien cercano te pide un favor. Te dice que está en un lío, que ha hecho algo grave, y necesita que guardes una mochila o unos papeles por unos días. No preguntas. Solo lo haces por cariño o por proteger a alguien común. Sin embargo, es importante conocer las penas por ocultar un delito y las posibles consecuencias legales de tales acciones.

Pero unos días después, llaman a tu puerta. Es la Policía. Y descubren que esos objetos que guardaste… son pruebas de un delito.

¿Has cometido tú también un delito por ayudar? Las penas por ocultar un delito pueden ser severas en estos casos.

El caso de Silvia: una ayuda que casi le cuesta la libertad

Silvia tiene 36 años, es enfermera y llevaba una vida completamente normal. Un día, su expareja —el padre de su hija— le pidió que guardara en su casa unos documentos y una mochila. Le dijo que era solo por unos días.

Por el vínculo que aún tenían y pensando en su hija, Silvia aceptó. Lo dejó todo en el trastero, sin abrirlo, sin hacer preguntas. Las penas por ocultar un delito pueden afectar a personas como Silvia, sin intención criminal.

Poco después, la Policía registró su vivienda. Su expareja estaba siendo investigado por estafa y falsificación, y en la mochila que Silvia guardó había pruebas clave.

La detuvieron y la acusaron de encubrimiento.

¿Qué se considera encubrimiento?

Según el Código Penal español, se comete encubrimiento cuando alguien, sin haber participado en el delito, ayuda al autor después de que se haya cometido, en alguna de estas formas:

  • Le ayuda a aprovecharse de lo robado o conseguido de forma ilegal.
  • Oculta, destruye o altera pruebas del delito.
  • Facilita que el autor huya, se esconda o evite a la justicia.

En estos casos, la pena puede ser de seis meses a tres años de prisión. Por tanto, las penas por ocultar un delito no son leves.

¿Se castiga siempre al encubridor?

No siempre. La ley no castiga por encubrimiento si existe una relación familiar o afectiva con el autor del delito. Están exentos:

  • El cónyuge o pareja estable.
  • Los padres y abuelos.
  • Los hijos y nietos.
  • Los hermanos.
  • Los suegros y cuñados.

Pero hay una excepción importante:
Si quien encubre ayuda a que el autor se beneficie del delito, aunque no gane nada personalmente, sí puede ser condenado.

¿Y qué pasó con Silvia?

El juez tuvo en cuenta varios factores:

  • Silvia no participó en el delito.
  • No se benefició de lo robado.
  • No sabía con certeza qué había en la mochila.
  • Aunque ya no era pareja del autor, sí había una relación estable por su hija en común y años de convivencia previa.

Con todo ello, el juez aplicó la exención del Código Penal y la absolvió.

Aun así, Silvia vivió un proceso difícil: fue detenida, interrogada, y pasó meses con esa angustia, enfrentando las penas por ocultar un delito aunque finalmente fuese absuelta.

¿Qué podemos aprender?

Ayudar a un ser querido puede parecer un acto noble, pero si esa ayuda implica encubrir un delito, las consecuencias pueden ser muy graves.

Antes de decir “sí” a una petición dudosa, piensa en los riesgos. La ley puede protegerte si existe un vínculo familiar, pero no lo garantiza en todos los casos.