¿Puede un heredero rechazar una herencia y seguir disfrutando de lo que le dio el testador?
Imagina que un hijo, después de la muerte de su madre, decide rechazar la herencia que le corresponde, pero antes de que ella falleciera, ya había recibido generosas donaciones de su parte.
Ahora, ese hijo que rechazó la herencia, ¿debe devolver lo que recibió en vida?
Hoy les hablaré de una decisión judicial que ha marcado la diferencia. Es un tema muy complejo, pero profundamente humano: las herencias y las donaciones.
Esta historia podría ser la de cualquiera de nosotros, porque, aunque no siempre nos guste pensarlo, todos estamos sujetos a la ley cuando de herencias se trata.
Trinidad, una madre generosa, decide repartir parte de su fortuna entre sus hijos antes de su muerte.
Para ella, era importante darles en vida lo que consideró justo.
Marcos y Bernardo, dos de sus hijos, recibieron de ella bienes valiosos, como casas y propiedades, para asegurar su bienestar.
Todo parecía en orden, pero como ocurre en muchas familias, la vida da giros inesperados.
Cuando Trinidad fallece, sus hijos deben decidir si aceptan o rechazan la herencia.
Marcos y Bernardo, a pesar de todo lo que su madre había hecho por ellos, repudian la herencia. Esto significa que rechazan todo lo que les corresponde por derecho, deciden no recibir nada de lo que su madre dejó tras su partida. En este punto, Marcos y Bernardo habían recibido valiosas donaciones de su madre antes de su muerte.
¿Qué ocurre con esas donaciones ahora que rechazan la herencia?
Es aquí donde surge el dilema.
Los otros herederos, aquellos que decidieron aceptar lo que su madre les dejó, se sienten profundamente agraviados.
Ellos creen que Marcos y Bernardo no deberían quedarse con lo que les fue dado en vida si ya han rechazado la herencia.
Se sienten traicionados, porque consideran que esas donaciones deben ser tratadas como parte de la herencia, y como Marcos y Bernardo han renunciado, deben devolver lo que recibieron.
Los otros herederos, Efraín, Coral, Carlos Jesús y Edelmiro deciden llevar el asunto a los tribunales. Creen que Marcos y Bernardo deben devolver lo que recibieron, ya que, al repudiar la herencia, renuncian también a los bienes que les dieron en vida.
Este asunto llegó hasta el Tribunal Supremo que después de escuchar a ambas partes, tomó una decisión trascendental.
Decide que Marcos y Bernardo, al repudiar la herencia, no sólo renuncian a lo que les corresponde tras la muerte de su madre, sino que pierden su derecho a conservar las donaciones previas.
Es decir, las donaciones deben considerarse como parte de la herencia y, al haber rechazado la herencia, deben ajustarse a las reglas de reparto.
El tribunal refuerza la idea de que no se puede elegir qué parte de la herencia se acepta y qué parte se rechaza. También pierdes lo que ya se te dio.
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