La estafa por omisión

No todas las estafas implican una mentira directa. Existe una forma de engaño más sutil, pero igualmente punible: la estafa por omisión. Se produce cuando alguien tiene la obligación de decir la verdad y, al no hacerlo, permite que otra persona actúe en su perjuicio.

El caso de Anselmo y la vivienda compartida

Anselmo y su esposa Loreto confiaron en Pedro y Almudena, amigos de toda la vida. Decidieron invertir juntos en una vivienda. Sin firmar documentos, Anselmo comenzó a pagar su parte de la hipoteca: 625 euros mensuales durante seis años.

Desde el segundo mes, Pedro y Almudena dejaron de pagar la hipoteca. El banco ejecutó la vivienda. Pero ellos nunca informaron a Anselmo, que siguió pagando sin saber que el inmueble ya no existía como inversión. Esto resultó ser una clara estafa por omisión.

Seis años después, lo descubrió por WhatsApp, al pedir las llaves para enseñar el piso a un inquilino. Almudena le confesó que la casa ya era del banco desde hacía años.

Qué dijo el Tribunal Supremo

Para el Supremo, Pedro y Almudena cometieron estafa por omisión. Aunque no mintieron, ocultaron información relevante que tenían la obligación de comunicar.

  • El engaño consistió en callar la pérdida de la vivienda.
  • Anselmo continuó pagando por creer que seguía vigente la inversión.
  • La relación de confianza y el deber de información eran clave en evitar la estafa por esta omisión.

Sentencia

  • Pedro y Almudena: condenados a 2 años de prisión por estafa.
  • Deberán indemnizar a Anselmo con 49.375 euros.

Conclusión

En relaciones de confianza, callar puede ser delito. La estafa por omisión protege a quienes actúan de buena fe y penaliza a quienes, teniendo el deber de decir la verdad, permiten el perjuicio ajeno por su silencio.