Cuando el bar no te deja dormir… y el Ayuntamiento no actúa
¿Te imaginas intentar dormir y sentir que tu cama está dentro de un bar? Para Julián, un jubilado de 63 años, eso fue una realidad durante meses. Ante el ruido constante, Julián decidió que era necesario denunciar bar por ruido constante debido a su impacto acústico. Y lo peor no era solo el ruido, sino la sensación de abandono por parte de quienes debían protegerle: el Ayuntamiento.
Este caso real es un ejemplo de cómo la ley puede ponerse del lado de los vecinos cuando el ruido invade su vida… incluso si parece que el bar tiene vía libre para hacer lo que quiere.
El principio del infierno: música, gritos y peleas cada noche
Julián vivía en un barrio tranquilo. Hasta que, justo bajo su vivienda, abrió un bar con terraza. Al principio pensó que sería una molestia puntual. Pero no tardó en descubrir que aquello iba para largo: música a todo volumen, botellas rotas, gente gritando en la calle…
Lo peor era que no solo él sufría. También niños, personas mayores, trabajadores que necesitaban descansar. Se convirtió en un problema vecinal que no había otra opción más que denunciar bar por ruido constante.
Llamadas a la policía… y ninguna solución
Los vecinos llamaron a la Policía Local muchas veces. La respuesta: ir al lugar, tomar nota… y poco más.
También enviaron escritos al Ayuntamiento, con denuncias, pruebas, incluso informes médicos que demostraban los efectos del ruido en su salud.
Pero el Ayuntamiento no actuó. Así que decidieron denunciar bar por ruido constante para obtener solución.
¿Puede haber delito si no hacen nada?
Sí. Porque la inacción de las autoridades también puede ser delito.
✔️ El Código Penal castiga a quien cause, por acción o por omisión, ruidos que pongan en riesgo la salud.
✔️ No es necesario que haya mala fe. Basta con actuar con imprudencia, como no insonorizar el local o permitir ruidos excesivos.
✔️ El delito de ruidos puede conllevar penas de seis meses a dos años de prisión y multas.
Pero no solo eso.
¿Y si el Ayuntamiento no interviene?
Si la comunidad solicita oficialmente al Ayuntamiento que actúe —por ejemplo, con inspecciones o clausura del local— y la administración no hace nada, puede incurrir en prevaricación por omisión.
Este delito se produce cuando una autoridad deja de actuar sabiendo que tiene la obligación legal de hacerlo. No proteger el descanso y la salud pública puede tener consecuencias penales.
¿Qué hizo la comunidad de vecinos?
La comunidad de Julián se reunió y decidió dar un paso adelante:
- Presentaron una querella penal por delito de ruidos contra el dueño del bar.
- Solicitaron medidas cautelares: cese del ruido, prohibición de altavoces, y posible cierre provisional.
¿Qué resolvió el juez?
El juez dio la razón a los vecinos. Ordenó:
- El cese inmediato de la actividad nocturna.
- La prohibición de usar equipos de sonido.
- Y además, abrió una investigación contra el Ayuntamiento por posible delito de prevaricación omisiva.
Resultado: paz recuperada
Desde entonces, el bar cumple la normativa. Y Julián… volvió a dormir tranquilo.
Este caso demuestra que la ley puede protegerte, incluso cuando parece que nadie lo hace. Basta con conocer tus derechos y actuar de forma firme y legal.

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