¿Es delito negarse a la prueba de alcoholemia?
Sí. Aunque muchos lo desconocen, negarse a soplar en el alcoholímetro cuando te lo ordena un agente de la autoridad es un delito penal, no solo una infracción administrativa. Cometer el delito por negarse a soplar puede tener serias consecuencias legales.
El artículo 383 del Código Penal lo deja claro:
Negarse, sin causa justificada, a someterse a las pruebas legalmente establecidas para la detección de alcohol o drogas es delito.
¿Y si me niego solo una vez?
No importa si es la primera o la segunda prueba.
La ley exige dos pruebas con 10 minutos de diferencia, pero negarse a cualquiera de ellas puede ser delito.
El delito se configura con la mera negativa injustificada, y la pena puede ser más grave que la prevista por conducir bajo los efectos del alcohol. El delito por negarse a soplar es considerado uno de los más serios en estos casos.
Un caso real: Gabino y la barbacoa
Gabino, 38 años, repartidor.
Tras una barbacoa, decidió volver a casa conduciendo.
En una curva, perdió el control y acabó sobre un bordillo. Estaba medio dormido dentro del coche cuando llegó la policía.
• Le pidieron que bajara: tenía signos evidentes de embriaguez
• Le hicieron una prueba con el alcoholímetro portátil: 0,95 mg/l en aire espirado
• Lo trasladaron a comisaría para realizar la prueba oficial
• Allí se negó a soplar con el etilómetro y cometió el delito por negarse a soplar.
¿El resultado?
Fue condenado por delito del artículo 383. La negativa fue más grave que haber dado positivo.
¿Qué pena conlleva este delito?
Según el Código Penal, negarse a la prueba de alcoholemia puede implicar:
• Pena de prisión de 6 meses a 1 año
• Privación del derecho a conducir vehículos a motor de 1 a 4 años
La gravedad supera la del delito de conducción bajo los efectos del alcohol, recogido en el artículo 379.2 CP, lo que sorprende a muchos conductores. El delito por negarse a soplar es sorprendentemente severo para muchos.
¿Qué debes tener en cuenta?
• No se puede obligar a una persona a auto incriminarse, pero sí existe la obligación de colaborar con las pruebas de detección
• Negarse a la prueba es considerado desobediencia grave a la autoridad
• Solo causas médicas o justificadas pueden eximir de responsabilidad
Conclusión: negarse no es buena idea
Negarte a soplar no te protege, sino que te expone a una pena mayor.
Colaborar con la prueba puede, en cambio, permitir aplicar atenuantes, como la confesión o la reparación del daño.
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