El tejado desapareció y con él, su dinero


Imagínate esta escena: Manuel llevaba años ahorrando para arreglar el tejado de su casa. Era una vivienda antigua, con historia, recuerdos y sueños aún por cumplir. 

El tejado se caía a pedazos. La humedad se colaba en invierno, y cada tormenta era una lotería.

Así que, un día, decidió dar el paso. Buscó en internet y encontró una empresa que prometía una reforma rápida, sin complicaciones. El trato era claro: un presupuesto cerrado de 11.291 euros. Sin embargo, le pidieron un pequeño adelanto de 1.693,65 euros para «empezar los trámites».

Hasta aquí todo parecía normal, pero lo que vino después, fue una auténtica pesadilla.

Los días pasaban, y la empresa pedía más dinero. Que si permisos municipales, que si los materiales, que si había que adelantar costes. En total, 9.489 euros salieron del bolsillo de Manuel.

Pero el tejado seguía intacto.

Pasaban los meses, y cada llamada era una excusa nueva: 

«La burocracia es lenta, pero en dos semanas empezamos.»

«Ha habido problemas con el proveedor, pero está todo bajo control».

«No se preocupe, la obra está en marcha».

Hasta que un día de julio de 2022 aparecieron unos operarios.

Y ahí, por fin, parecía que todo iba a solucionarse.

Pero lo que hicieron fue desmontar el tejado y desaparecer.

Imagina la escena: Manuel, de pie, en mitad de su casa, mirando a cielo abierto. El tejado ya no estaba. Y los obreros tampoco.

Cuando lo llamaron desesperado, la respuesta fue surrealista: 

«Mire, el contrato ha cambiado. Ahora tiene que firmar con otra empresa».

Ahí, Manuel entendió que había sido víctima de una estafa.

¿Y qué hizo?

Fue directamente a los tribunales.

El caso llegó a la Audiencia Provincial. Y ahí, los jueces lo tuvieron claro:

✔ ️ Había un engaño previo: La empresa se presentó como profesional y solvente, pero nunca tuvo intención de cumplir. 

✔ ️ Había ánimo de lucro ilícito: Se pidió dinero sin intención real de ejecutar la obra. 

✔ ️ Hubo un desplazamiento patrimonial: Es decir, Manuel pagó por un servicio que nunca se realizó.

El resultado: Andrés, el supuesto responsable de la obra, fue condenado por un delito continuado de estafa.

La acusación intentó que se considerara una estafa agravada, porque afectaba a una vivienda, pero el tribunal lo descartó. ¿Por qué? 

❌ Porque no era la residencia habitual de Manuel, sino una segunda vivienda. 

❌ Porque no había una relación de confianza previa entre víctima y estafador.

👉 ¿Alguna vez te han prometido algo y al final todo ha sido humo? 

Este caso es un recordatorio de que hay que estar atentos. Porque en el mundo de las reformas, a veces, lo único que te dejan… es el cielo abierto sobre tu cabeza.